(A Sophie)
Justo como a dos gorriones, a sus zapatitos
la palma de mi mano alcanza a sostener
Presiento en ellos las primeras notas
de su canto por la vida
y la armonía de su vuelo hacia el cenit.
Pesan menos que un copo de nieve
mas en ellos sus primeros pasos
derriten todo el hielo que dejó en mi pecho
el último glaciar.
Presiento en ellos las primeras notas
de su canto por la vida
y la armonía de su vuelo hacia el cenit.
Pesan menos que un copo de nieve
mas en ellos sus primeros pasos
derriten todo el hielo que dejó en mi pecho
el último glaciar.
Uno, dos, tres pasos inseguros
suficientes para arrasar con mis fronteras
cuatro, cinco, seis...
y es la dueña última de mis restantes estaciones
de la arena de todos mis desiertos
de los corales de mi océano profundo
de mis sueños
navegantes de altamar.
Observa atenta sus nuevos zapatitos
justo allí, en sus pequeños pies
y entonces en sus ojos el brillo de cien galaxias
me enseña cuan sencillo es el amor
Es el milagro que habita mas allá de los sentidos
como una gota sagrada de esperanza
iluminando la bruma de éste mundo
transformando aquellas grises verdades a medias
en diáfana revelación
Como la luna, acompañante taciturna
de los gráciles gatos del tejado
y su marcha cautelosa
a contraluz.
Siete, ocho, un trillón...
¡Anda por el mundo, paso a paso mi pequeña!
Recorre altas montañas mágicas, ciudades,
camina sobre el cesped y el asfalto
sin olvidar nunca el camino de regreso
por donde esparciste al alba de tus días
el rastro de tu luz.
Y regresa,
regresa un buen día a éste, tu origen,
a tus primeros pasos
a que te cuente la tierna historia
de tus zapatitos nuevos en mi mano
y de tus más tempranos intentos
hacia mi.
Jaime Falcone (2013)
Derechos reservados.
a tus primeros pasos
a que te cuente la tierna historia
de tus zapatitos nuevos en mi mano
y de tus más tempranos intentos
hacia mi.
Jaime Falcone (2013)
Derechos reservados.
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